Psiquiatría y Psicología Infancia-Adolescencia

La autoimagen negativa y la baja autoestima son comunes en las personas con diagnóstico de discapacidad intelectual. Existe una conciencia, en muchos de ellos, de sus propias limitaciones lo que puede provocar sentimientos de frustración, siendo frecuentes comportamientos inadecuados o de aislamiento y sentimientos de ira, ansiedad o depresión.

Estamos especializados en abordar una variedad de trastornos del lenguaje y la comunicación para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Cada uno de estos trastornos es único y requiere un enfoque personalizado para lograr una comunicación efectiva y un mayor bienestar.

  • Trastorno del Lenguaje: Dificultades para la adquisición y el uso del lenguaje debido a deficiencias en la comprensión o la producción del vocabulario, las estructuras gramaticales y el discurso.
  • Trastorno Fonológico: Dificultades en la articulación clara de los fonemas (sonidos) que se combinan para crear palabras habladas.
  • Trastorno de la Fluidez (Tartamudeo): Alteración de la fluidez y la organización temporal del habla, caracterizándose por la repetición frecuente o la prolongación de ciertos sonidos o sílabas y otras alteraciones como palabras fragmentadas.
  • Trastorno de la Comunicación Social: Dificultad con el uso social del lenguaje y la comunicación que se manifiesta en deficiencias de la comprensión y seguimiento de las reglas sociales de comunicación verbal y no verbal.
  • Autismo: Se caracteriza principalmente por el deterioro de la comunicación e interacción social y conductas e intereses restringidos y repetitivos. El diagnóstico precoz de estos trastornos resulta de vital importancia para un buen pronóstico, habiéndose demostrado una mayor eficacia de las intervenciones cuanto más temprana es la edad.
  • Síndrome de Asperger: Se caracteriza por la alteración y la singularidad de la interacción social, intereses y conductas, perdiendo señales sociales muy sutiles, pero sin llegar a presentar retraso del lenguaje.

Problemas físicos, del comportamiento y del aprendizaje que pueden presentarse en una persona cuya madre bebió alcohol durante el embarazo.

Caracterizado por inatención o problemas de concentración y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere en su funcionamiento o desarrollo.

Se caracterizan por dificultades en las adquisiciones académicas, provocando un bajo rendimiento e incluso fracaso escolar (dislexia, disortografía, discalculia…).

  • Estereotipias: Son movimientos repetitivos que carecen de finalidad aparente, como por ejemplo, aleteo, andar de puntillas, correr sin objetivo…
  • Tics/Trastorno de Gilles de la Tourette: Consisten en movimiento o vocalizaciones breves que se realizan como una respuesta a un impulso interno irresistible.
  • Trastorno negativista desafiante: Caracterizado por un patrón de enfado o irritabilidad y discusiones o actitudes desafiantes o vengativas.
  • Trastorno disocial/de la conducta: Se caracteriza por un patrón de comportamiento en el que no se respetan los derechos básicos de otros, ni las normas o reglas sociales propias de la edad.
  • Enuresis: Implica la eliminación inapropiada de orina o el retraso en su adquisición.
  • Encopresis: Implica la eliminación inapropiada de heces o el retraso en su adquisición.
  • Trastorno de desregulación emocional: Se caracteriza por presencia de arrebatos de cólera, inapropiados para la edad, junto con irritabilidad o ira entre dichos episodios.
  • Depresión: En la infancia se suele presentar como irritabilidad, hipersomnia o insomnio, fatiga, fracaso escolar o falta de interés por actividades propias de su edad.
  • Trastorno bipolar: Consiste en periodos de altibajos emocionales, pasando de agitación/inquietud a un estado de ánimo bajo o irritabilidad.
  • Pesadillas: Se caracterizan por sueños elaborados, con secuencias de imaginería onírica en forma de historias que parecen reales y provocan ansiedad o miedo.
  • Terrores nocturnos: Son episodios recurrentes de despertar brusco con terror que suelen comenzar con gritos de pánico y que se acompañan de miedo intento y signos de alerta autónoma.
  • Sonambulismo: Se caracteriza por la presencia repetida de despertares incompletos y conducta motora compleja, como levantarse de la cama y caminar.
  • Dificultades de conciliación: Se caracterizan por dificultades a la hora de dormir, no consiguiendo conciliar el sueño o necesitando acompañamiento para conseguirlo.

Su inicio es gradual y puede comenzar con afecto inapropiado o comportamiento inusual.

  • Pica. Ruminación. Evitación/Restricción de la ingesta: Se caracteriza por un patrón de alimentación anormal que puede conllevar deterioro de la salud física y funcionamiento psicosocial.
  • Anorexia: Se caracteriza por restricción en la ingesta, miedo a engordar y la distorsión de la imagen corporal.
  • Bulimia: Se caracteriza por atracones recurrentes, conductas compensatorias y la gran influencia del peso en la autoevaluación.
  • Trastorno por Atracón: Se caracteriza principalmente por episodios recurrentes de atracones.

Consiste en el uso inadecuado de nuevas tecnologías con repercusión en varios ámbitos del niño o adolescente, con reacciones desproporcionadas y/o disruptivas en ausencia de éstas.

En la adolescencia es frecuente el inicio del consumo de sustancias, como el tabaco, alcohol, cannabis y cocaína.

Consiste en pensamientos intrusivos u obsesiones, rituales, preocupaciones y compulsiones o manías.

  • Mutismo Selectivo: Se caracteriza por ausencia de diálogo o muy restringido cuando el niño se encuentra en interacciones sociales.
  • Ansiedad por separación: Se caracteriza por una ansiedad excesiva ante el alejamiento del hogar o las personas a las que el niño está vinculado.
  • Fobias: Se caracterizan por miedo o ansiedad a objetos o situaciones concretas.
  • Fobia social: Se caracteriza por un miedo intenso o ansiedad a las situaciones sociales en las que el individuo puede ser analizado por los demás.
  • Miedos no patológicos (escénico, ante exámenes, avión, ascensor…): Son aquellas situaciones de la vida diaria que provocan un estado mental y emocional alterado con repercusión en el funcionamiento psicosocial del niño.

Es el desarrollo de síntomas específicos tras la exposición a un evento traumático, pudiendo re-experimentarlo de diversas maneras (sueños, recuerdos…), así como la alteración cognitiva y del estado de ánimo y la evitación de estímulos asociados al evento traumático.

Se caracteriza por la presencia de síntomas emocionales o comportamentales en respuesta a un factor de estrés identificable y la dificultad de su afrontamiento.

  • Acoso escolar (bullying)
  • Celos y rivalidad entre hermanos
  • Divorcio
  • Duelo
  • Trastornos del vínculo
  • Niños adoptados o en acogida
  • Inadaptación a enfermedades crónicas

Consisten en características de la estructura de la personalidad que provocan un malestar en el adolescente y/o su medio familiar o social.

Son problemas, no patológicos, que frecuentemente perturban la dinámica familiar y escolar ya que desestabilizan al entorno social en general y a los adultos en particular.

La timidez y la baja autoestima repercuten en el bienestar personal y social del niño, así como su desarrollo, por lo que el aprendizaje de habilidades sociales le permitirá una correcta adaptación social.

Es un síntoma muy frecuente en la infancia y adolescencia pudiendo estar motivado por múltiples procesos.

Pueden manifestarse a través de oposicionismo, desobediencia, conflictos familiares y personales, rebeldía, conductas de riesgo, agresividad…

Acompañar a aquellas niños o niñas que expresen incongruencia entre el género experimentado y el género asignado, así como aquellos que presenten malestar por su orientación sexual.

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